jueves, 21 de marzo de 2013

IMÁGENES CONGELADAS


Rajalta-Rajalle Hiihto.
Border to Border.
De frontera a frontera.
De un límite  a otro.
Esta ha sido la experiencia.
Una lectura, una idea, un objetivo, un plan, un camino, unos patines,……unos esquíes y…..una línea de salida: frontera rusa con Finladia, -15ºC, 60 km de dudas (la primera de siete etapas). Un aperitivo.
A cualquiera que le guste “explorar”, su alrededor, su interior y su exterior, imagino que le habrá apetecido saber alguna vez qué hay más allá de esa línea que ve al fondo, de ese horizonte que marca su mundo conocido. ¿Recuerdan cuando, siendo unos chinijos, nuestro mundo conocido se limitaba a la manzana alrededor de casa, o a los itinerarios habituales (hacia el colegio, hacia la tienda,…)?, ¿recuerdan también cuando esas fronteras se iban extendiendo cual nuevo territorio conquistado?, ¿recuerdan, aunque no le hayan dado importancia, del mundo que se abría delante nuestro y de la sensación que cada nueva conquista suponía?
Cuando esa curiosidad se extiende más allá de un plano físico, y siempre que hayamos tenido la fortuna de tener nuestras necesidades básicas cubiertas (trabajo, casa, alimentación, pareja,…), o mejor dicho siempre que hayamos logrado encaminar nuestros pasos por el camino elegido (sea por conformarnos con el inicialmente trazado, sea por salirnos de éste y buscar nuevos), es entonces cuando damos paso a nuestras ansias de autorrealización. Cada uno lo hará como quiera, pero partiendo de una base: una ilusión.
La ilusión es movimiento. Y ese movimiento nos pondrá en marcha hacia ese horizonte que vemos, a sabiendas que detrás hay uno nuevo. Algunos se conforman con saber que detrás hay más, es suficiente para ellos. Otros queremos saber qué hay “ultreia”. Imagínense a un Cristóbal Colón conformista. Y no pretendo comparar unos logros con otros, pues no se trata de ello, parecería que se menosprecian unos o se magnifican otros.
La Border to Border ha supuesto un lindo trabajo de autorrealización. Partiendo de una idea ligera, de esas que no se toman en serio al principio, de esas que pasan de largo, ¿cómo voy a ir a una prueba de esquí de fondo, sin conocer el medio, ni la modalidad, sin disponer de los medios adecuados?....Piensa, piensa, tienes ganas, te apetece, es casi imposible, ¿casi?, ¿he dicho casi?...eso significa que hay posibilidades.
Analicemos los datos técnicos: prueba de esquí de fondo, 440 km por etapas, temperaturas por debajo de cero grados.
Susana, en donde soñábamos con llegar
Investiguemos un poco: 30 años celebrándose, una media de 300 participantes repartidos en cuatro grupos. No hay mucha información, pues la página web de la organización es muy modesta. Navegamos por internet hasta encontrar un par de artículos escritos por participantes, uno de ellos por una “expedición” española. La idea va tomando cierta forma.
Nos quedamos asombrados al ver en las fotos que encontramos, que la edad media de los participantes probablemente supere los 60 años. Ni idea si el dato es significativo.
Así que hay gente que lo hace, y no parecen ser superdeportistas. Viendo los datos estadísticos en la web de la prueba, parece claro que son casi todos nórdicos, pero no creemos que eso sea una condición “sine qua non”, al menos no hay condiciones para inscribirse en la prueba, basta con rellenar el formulario, pagar, y listo.
Parece fácil, la inscripción. Parece difícil, la preparación.
¿Cómo se puede hacer para entrenar esquí sin esquiar? Existe una modalidad llamada “esquí de asfalto”, se trata de unos patines que simulan la técnica del esquí de fondo…
No se piensen que todo esto sucede en el tiempo en el que se leen estas líneas, es un proceso de meses, que va madurando, movido por aquella ilusión de la que hablamos.
Recapitulemos pues. Es posible inscribirse, parece posible entrenar esquí sin esquiar. La distancia y las etapas no asustan, eso se arregla entrenando. Se ve chiquito, lejano, pero caminando, caminando, se acaba por llegar. Así pues, comenzamos a caminar.
Josefine, sueca, su diabetes no es obstáculo
(comprobando su bomba de insulina)
Un camino de dudas, de atrevimiento, pero también de convencimiento. ¿Por qué conformarse con lograr lo que uno sabe (o cree saber) que va a conseguir?, ¿por qué no intentar conseguir aquello que realmente nos plantea dudas ciertas de consecución? Valoramos mucho, demasiado quizá, los logros, olvidando los intentos. Qué fácil es proponerse aquello que estamos seguros de conseguir, qué fácil es conseguir las cosas a la primera, qué fácil es pensar que las personas las consiguen de esa manera, qué fácil es pensar que muchas de las personas a las que admiramos son una especie de superheroínas o superhéroes, que han nacido venciendo. Les hacemos un flaco favor, pues parece que no valoramos el trabajo que han tenido que hacer para lograr llegar a ese nivel, pero también nos hacemos un flaco favor a nosotros mismos, pues nos negamos la posibilidad de intentar “imposibles”, creyendo que no está a nuestro alcance. Está claro que querer no siempre es poder. Pero querer debería siempre ser “intentar”. ¿Por qué si no se presentan cientos, o miles de personas a una prueba deportiva, o a una maratón internacional?, ¿acaso van a quedar todos primeros?, desde luego que no, pero la mayoría de ellos van a conseguir lo que querían (incluso puede que el primero lo haga…).
Nosotros lo intentamos, vaya que si lo hicimos, y con todas nuestras ganas.
Claro está, que la cuestión no era fácil, pero esa era razón suficiente, junto con la del placer por las pruebas de larga distancia, para ser obstinados. Así que nos pusimos a entrenar. Horas y horas de patines por las carreteras y avenidas de Lanzarote, kilos de hierro levantado en el gimnasio, con ejercicios tradicionales y con otros “inventados” que nos permitieran transferir los movimientos al esquí. Madrugones y trasnoches, cambios de rutina, y otros cambios necesarios para poder compaginar la vida laboral, la familiar y la deportiva (nada nuevo para cualquiera que se plantee entrenar una prueba “larga”). La preparación la teníamos, habíamos podido alcanzar una forma física bastante buena. La parte técnica la complementábamos visionando videos de esquí de fondo, intentando empaparnos de todos los detalles posibles, para luego llevarlos a la práctica. Como colofón, logramos también acudir a esquiar a Pirineos para poder probar realmente si lo que habíamos realizado hasta entonces se parecía a lo que esperábamos encontrar (solo fueron unas pocas horas de entrenamiento en la semana pirenaica.
Sabíamos claramente que habíamos comenzado con una batalla 100 contra uno, y habíamos logrado rebajar la diferencia un 2 contra 1, al menos en lo referente a los factores que podíamos controlar (entrenamiento, técnica y material). La realidad fue otra bien distinta. La semana previa a la prueba, Susana enferma con gripe, padeciendo fiebre alta (más de 39º) hasta el día anterior a la primera etapa, a base de antiinflamatorios, antitérmicos y antibióticos logra hacer remitir los síntomas, pero los efectos de desgaste sobre el organismo no desaparecen con los medicamentos (y mucho menos cuando ese organismo experimenta un cambio de temperatura de 80º, de 40º de fiebre a -40º de ambiente).
Temperaturas registradas de hasta -42ºC (que la arrastraron a sufrir los peligrosos efectos de una seria hipotermia), mal estado de la nieve (incluso en los descenso había que remar). Además de ello, comienza la primera etapa con su primer día de regla, Todo un cóctel que sitúan a Susana bajo el arco de salida en un auténtico 10 contra 1. Lo sabíamos, Susana lo sabía, lo sentía, pero aún así se presentó en aquella frontera con Rusia, y durante cuatro etapas más, con una idea clara: esquiar. Muchas personas se rendirían ante tales circunstancias, pero ella tenía bien claro que no eran suficientes y que la más mínima posibilidad existente, por remota que fuera, sería combustible para hacerla funcionar hasta la extenuación.
El día a día lo han podido leer aquellos que lo han querido.
Absurdo sería pensar que esto es cosa de dos, pues mucha gente es la que está involucrada de una manera o de otra, así pues, sirvan estas líneas de sincero reconocimiento. A Natalia, por su paciencia y su comprensión cuando es difícil entender, a Gara, por sus préstamos de tiempo, a Mª Carmen, por su respeto, a Maru, por su apoyo y su logística, a Alfredo, por el aliento animado, a Eli, en su silencio, a Chali, por su confianza, a Laura, por su actitud y su trabajo, a Estrella, Fer, Ferke, Elena, Yohana, Sergio, Carlos, Julio, Paco, por emocionarse como nosotros, a Maite, por su atrevimiento, a “Valleseco Forever”, por su calor, a Tere por sus ánimos cuando no le sobran,  a Arista, por su apoyo constante en nuestras locuras.. A todos aquellos que nos hicieron llegar su aliento y sus ánimos. A Susana, por su sacrificio, por sus sueños y por su ejemplo.
Ahora, tras haber llegado a casa un poco más altos, al menos una cosa es bien clara, seguiremos soñando. Además, es muy fácil ponerle color al horizonte, sobre todo cuando el anterior ha sido blanco, muy blanco. Ya hace tiempo que lo veo, y  me ilusiona, y la ilusión es movimiento.
Cuando algo parezca inalcanzable, puede que tan solo esté muy lejos,  y a buen seguro se acerca a cada paso si estos son decididos.
¡Camina!

domingo, 17 de marzo de 2013

EL ÚLTIMO VASO DE MEHU


Creo que no habíamos contado que este año era la trigésima edición de la Border to Border. Pues sí, nada más y nada menos que 30 años celebrándose, con unos 15 participantes en su primera edición y algo más de 330 km por esquiar. Hoy, con cuatro grupos de entre 75 y 85 participantes y con 450 km (el cómputo global de este año resultó ser ése). Contamos esto porque en la presentación, en Kuusamo, el día de llegada, nos dijeron que para celebrarlo, cada día tendrían una pequeña sorpresa para todos. La de esa primera cena que sucedió tras la reunión, fue una tarta que inauguró el participante con más “repeticiones” de nuestro grupo (nada menos que 16 ediciones). El resto de los días, no recuerdo qué fue lo que hicieron, pero lo del último lo recordaré, seguro. La noche previa, al final de la cena, como todas las noches, el guía del grupo hace una presentación del tramo, comunicándonos esta vez que los 66 km previstos en el manual que teníamos se habían convertido en 72. Pues ahí va, un regalito de 6 km para la despedida. Pero no crean que me conformé con eso, por favor, no. A dos km la salida de la última etapa, llego a un cruce y no veo señales, miro, remiro, y vuelvo a mirar y sigo son verlas…..como no me apetece perderme, retrocedo esos dos km hasta el punto de partida y me encuentro con el motero que recoge las señales, le indico que hay una parte mal señalizada y me hace las indicaciones pertinentes; es entonces cuando me dispongo a realizar la segunda salida y volver hasta el cruce. Resumen de todo esto: cuatro km más de regalo (¡ah!, y pude ver un reno en persona, bueno, en animal). Cómputo general: 10 km más de lo previsto, o sea 76. Feliz cumpleaños Rajalta Rajalle Hiihto!

La primera mitad de la etapa era “hilly”, como se comentaba entre los participantes, con muchas subidas y bajadas, para dar paso a una segunda mitad bastante llana y con viento a favor en muchas ocasiones. La previsión meteorológica acertó en cuanto a la temperatura de salida y al viento, pero no en cuanto a la nubosidad y a la probabilidad de nevada. Así pues volvió a ser una mañana fría, de esas que congelan la ropa (sobre todo cuando, tras sudar en las subidas, se sucedían las bajadas). El paso de los esquiadores que iba cazando era lento, en algunos casos caminar era más rápido que esquiar, sobre todo en las subidas. Ya en las últimas jornadas la técnica de muchos no podía compensar la falta de estado de forma (sin menosprecio alguno de ese estado, pues para el que menos habían sido muchas horas de esquí), así que aproveché para sacar lo mejor de mi técnica (vaya estilo) y el resto de mi forma física y fui empatando avituallamientos hasta tomar mi último vaso de mehu (el zumo de arándanos que ponían),  algunos trozos de plátano, un café y algo de embutido. Tan solo 11 km me separaban ya de Tornio, final de etapa, final de prueba, final de la Border to Border. Los cinco últimos pasaban huella por encima de afluentes del río principal, hasta dar con éste, y desde ahí hacia el arco de meta. Y como la prueba misma, una meta tranquila, sin nadie esperando salvo cuatro fineses aplaudiendo para indicarte en dónde estaba el hotel (cruzando la calle a 20 metros).
Entré en recepción, pedí la llave, subí a la habitación y allí lo celebramos. Susana había comprado unas cervezas, papas fritas y queso manchego (todo español, no me pregunten cómo lo consiguió). Se acabó, de manera tranquila, de la misma manera que empezó la más fría (hasta -42ºC), dura (por las malas condiciones de la nieve) y larga (450 km) de las ediciones de la Border to Border.
Nosotros estamos muy orgullosos.
Gracias a todos por el calor.

sábado, 16 de marzo de 2013

ESQUIANDO A MITADES

Restan dos jornadas desde que nuestros esquís fueran solo dos, pero no eran los dos míos, solo uno lo era, el otro, de Susana.
Las penúltima etapa, discurrió por una Finlandia diferente, más boscosa, alejada ya de aquellas llanuras eternas, de largos horizontes, con vegetación baja, dando paso a estrechos caminos zigzagueantes, con mucho tobogán como en una montala rusa de esas infantiles, en las que mantener un ritmo constante era complicado.

El frío seguía siendo intenso, siempre por debajo de -20ª en las salidas, y dependiendo de lo despejado del día, la temperatura subía lentamente unos cinco o siete grados. La diferencia entre el día nublado, o entre estar al sol o en la sombra era tal, que la ropa se congelaba, literalmente, mientras estás en movimiento, el sudor generado por la actividad se va evaporando lentamente, llegas a sentir la ropa mojada, si te paras (de manera que tu cuerpo deja de generar tanta temperatura), o pasas por una zona en en sombra o te da el viento de frente, ese sudor que empapaba la chaqueta o el pantalón, se congela, cambiando la textura de la prenda y sintiéndola como de cartón sobre los brazos o las piernas. Igualmente, la cara, la nariz, las mejillas, llegaban a doler por momentos, especialmente si el viento daba contra ellos.
Las primeras horas de la mañana, hasta alcanzar esa temperatuta de confort, pasaban bajo el frío, pues había que salir con la ropa adecuada a la previsión meteorológica, buscando la combinación que permitiera no pasar mucho frío en esas primeras horas, ni mucho calor en las de medio día si, con suerte, se despejaba (y no hacían falta grandes nubes, bastaba con una de esas finas y largas, de esas que permiten ver el sol y mirarlo directamente sin que te haga cerrar los ojos)
A estas alturas de la prueba, lo que queda es echar el resto, o restar el hecho de que aún queda distancia y diseñar a la carta. Una de las peculiaridades de la Border to Border es que no hay clasificaciones, no hay dorsales, no hay chip de control (de hecho no hay control alguno en ese sentido), existe una hora de salida, pero siempre hay quien sale algunos minutos antes, y quien lo hace algunos después; además, la organización posibilita comenzar más adelante o dejarlo antes, de cualqueir manera todos son "finishers", es es cada uno quien estima cuál es su reto, cuál su meta y cuál su objetivo en la prueba. Así pues, el espíritu de la organización de la BB no es el de que sea cubierta la distancia total, sino el de poner a los pies de cada participante una prueba a su medida, siendo esta seleccionada por cada uno, sus características y sus peculiaridades.
Nosotros veníamos a por todas......a por todas las que pudiéramos, claro. Y lo hicimos.

La otra prueba, la "Sausage to Sausage"
No solo nos tuvimos que enfrentar a la meteorología.

LÁGRIMAS SOBRE EL CAFÉ

Avituallamiento. El dolor no cesa.
Jornada de descanso, de descanso para otros, para nosotros han sido ocho horas, ocho horas para recorrer 50 km. Descanso.
Otra jornada agónica, agónica porque cada minuto, cada segundo de esas horas requieren, por carecer de una técnica  adecuada para hacer nuestros movimientos económicos y eficientes, de una concentración constante, porque cada segundo de esas horas requieren un chequeo constante: estoy sudando mucho-abre la chaqueta, tengo hielo en la bufanda-sacude antes de que se derrita, se me enfría una mano-abre y cierra, tengo una nueva molestia en el tobillo-atento y modifica el movimiento, noto que algo me está presionando el empeine-revisa en avituallamiento, llevo lo labios secos-aplica protector, llevo las orejas fuera del gorro-intenta bajar el gorro sin dejar de esquiar,…..y así un largo etcétera a cada paso.
Muchas cuestiones a tener en cuenta, nuestro margen de maniobra es casi nulo, si se nos pasa algo, aunque parezca una nimiedad, puede que tenga consecuencias indeseadas.
Si además de todo ello, las circunstancias de partida no son las ideales, lo que a priori iba a ser un reto muy difícil, casi imposible (solo casi), puede convertirse en un auténtico calvario, un sufrimiento de horas, de muchas horas.
Albergue al final de la etapa.
Tras llegar ayer al final de etapa, la pierna de Susana presentaba varias dolencias, por un lado el molimiento general provocado por las presión de las botas en lugares de un pie no acostumbrado a ese tipo de calzado, por otro lado las sobrecargas normales de la actividad prolongada y con poco descanso. Sobrecarga de tibiales, periostitis, contracturas, tendinitis…todas ellas menos graves, pero incapacitantes.
Aplicamos las medidas que teníamos a nuestro alcance, confiando en que fuesen suficientes, en que fueran el parche que buscábamos.
Amaneció, esperaba a Susana impaciente junto al comedor del albergue, para desayunar; llegó “vestida de esquí”, buena señal, pensé. Sus primeras palabras me confirmaban una realidad que la tarde anterior se escondía tras bromas y risas,... se había acabado, la noche había sido horrible, le dolía el más suave roce del saco, le dolía cada movimiento. La decisión era tan clara como firme. Una decisión dura para una guerrera como ella, capaz de plantarle cara a la adversidad, calzándose los esquíes cada mañana sabiendo perfectamente que sería duro, muy duro, tanto como decidir que la Border to Border había acabado para ella.
Desayunamos…..lágrimas sobre el café.

Tomé la salida, esta vez solo. Recorrí cada kilómetro como si fuera el último.

miércoles, 13 de marzo de 2013

CHOCOLATE EN LOS DIENTES


La vista desde nuestro hotel, anoche
¿Podrían calcular cuánto tiempo puede durar un trozo de chocolate entre los dientes?
La pregunta es sencilla, y la respuesta parece fácil....depende.
En los avituallamientos suele haber chocolate, por supuesto finlandés, y muy bueno. De ese en cuadritos, hecho trocitos y dentro de un recipiente para que cada uno se sirva. Nosotros solemos coger. Cuando uno come chocolate es normal que se le queden pequeños restos entre los dientes, que en unos segundos se acaban por derretir, alguno de ellos se resiste, pero con la técnica adecuada, acaba por desprenderse. Entonces, ya he dado una respuesta: unos segundos.
Pero hemos descubierto ota respuesta más: unas horas.
Hoy no hemos podido llegar, lo hemos dejado en el kilómetro 46  (7 horas), ni siquiera nos hemos acercado al 75 (cierre horario a las 17:00). Salimos a -25º. Mucho frio (en el momento en que escribíamos esta entrada ese era el dato inicial, tras la cena, y en charla con dos finlandesas que participan, nos han comentado que hemos estado.en algunos puntos del valle al que bajamos nada más tomar la salida a nada más y nada menos que a......¡-40º!)
En menos de media hora ya estábamos sufriendo los efectos de la hipotermia, por una lado las manos y los pies, por otro lado el cuerpo entero. Tardamos dos horas en hacer los primeros trece kilómetros.
Por mi parte pude revivir mis extremidades abriendo y cerrando las manos constantemente durante una hora seguida (dejando colgar los bastones, esquiando solo con el impulso de las piernas). Susana, simplemente desconectó, se le metió Finlandia en la cabeza, todo dentro de ella era silencio y blanco, todo llano, sólo una línea al fondo; su cuerpo se movía, pero ella parecía no estar allí. Todas las palancas estaban bajas, salvo la de "¡esquía!". Off.

Llegada al primer avituallamiento
Hoy la Border to Border nos ha vuelto a poner en nuestro sitio.
A partir de esas primeras horas muy duras (cada kilómetro, cada metro, requería de enormes dosis de concentración y automotivación), preocupantes, todo fue supervivencia. Sin dramatismos, sin victimismos (pues seguían más esquiadores en la prueba, con el mismo frío, bajo las mismas condiciones). Llegamos al tercer avituallamiento, a 40 km del final, y decidimos que ya bastaba de tanto sufrimiento por hoy. Si queremos más frío, aún nos quedan tres etapas más, tres etapas en las que queremos tomar la salida, haciendo todo lo que esté en nuestras manos (y pies) para llegar al final. Cada día es un reto para nosotros y hoy habíamos llegado a donde queríamos mucho tiempo antes de decidir acabar la jornada.
Pues sí, dos horas me duró el chocolate en los dientes, y se me derritió gracias a la calefacción cuando subimos a la guagua, de vuelta al hotel, porque si no llega a ser por eso, a saber cuántas horas más hubiese seguido ahí.
Superviviencia, cada uno la suya.

¡Gracias a todos y a todas por los ánimos!. Y que conste que estamos intentando todas las sugerencias que nos mandan contra el frío.
No nos sirvió de mucho, los enchufes que encontramos no eran "chuco"
Ni llevando un par en las manos
Tampoco con "testitulos" de sobra (debe ser alguna palabra  finlandesa. Ni idea de para qué era la maquinita)

martes, 12 de marzo de 2013

UN BONITO DÍA

La salida, tal y como esperábamos, fue muy fría. El termómetro del hotel, junto al que salía el tramo de hoy, marcada -22º durante el desayuno y casi -21º minutos antes de comenzar. Probablemente alcanzáramos hasta -25º en algunos puntos del valle en el que nos adentramos en los primeros kilómetros.


Junto a un avituallamiento al final de la etapa


Etapa de ayer, avituallamiento.
 Las salidas son tan frías como tranquilas, no hay agrupamiento, ni "pistoletazo", aquí cada uno sabe a la hora que se sale y el tiempo que le hace falta, incluso algunos tienen bien claro hasta dónde quieren llegar cada día. Como la prueba posee un caracter no competitivo, esto le hace poseer algunas particularidades, una de ellas es esa que acabamos de contar, que no hay una salida "formal" (incluso algunos alargan el desayuno y salen hasta quince minutos más tarde, qué más da), otra es que cada uno puede hacer las etapas que desee en función de sus ganas o de su preparación, incluso hay varios puntos intermedios de "recogida" durante cada tramo. Por otro lado se pide a los participantes que vayamos en grupos de al menos tres, por motivos de seguridad (no hace falta que ocurra ningún accidente de importancia, bastaría con que alguien se hiciera un esguince que no le permitiera continuar. En otras cinrcunstancias, uno se pone a tomar el sol esperando a que le vengan a buscar, pero en estas, si te paras más te vale que tarden menos de dos minutos en evacuarte, ya que si no es así te recojen "pajarito"), también por ese motivo, se realiza un cierre de etapa a las 17:00 (nosotros hemos notado cómo la temperatura cae notablemente a partir de las 15:00).

En plena subida
La etapa de hoy ha transcurrido por paisajes variados y muy lindos (lo de nevados se sobreentiende, pues hasta ahora no hemos visto ni medio metro que no sea blanco, pero blanco, blanco,  o sea, blanco nieve). Tras las dos primeras frías horas y un bache energético de Susana (a mí me daría a tres kilómetros del final), llegábamos al segundo avituallamiento, ubicado dentro de una cafetería, allí logramos reponernos, disfrutando también de la compañía y la charla con otros participantes (casi todos, finlandeses, noruegos, rusos y algún americano. Somos los únicos españoles). continuamos ruta y el ritmo era bueno. Logramos llegar al final de la etapa en otras ocho horas, y eso que hoy había muchos toboganes y una larga subida de unos 5 km. El estado de la nieve era hoy más propicio, pues notamos que con cada impulso el esquí deslizaba más (pudiendo imprimir buen ritmo de subida)
Mañana toca la etapa reina, co 86 km y -25º en la salida. Lo tenemos muy difícil para pasar el corte de las 17:00, a 11 km de la llegada, pero los dos tenemos claro que no vamos a dejar de intentarlo.


Se le pasó pronto...
 Así pues, cruzaremos los dedos y dejaremos los esquís bien paralelos, esperando que el frío no nos juegue malas pasadas y que el estado de la nieve sea el esperado (al menos estará soleado).
A ver si se pensaban que veníamos solo a sufrir.

lunes, 11 de marzo de 2013

NOS DESLIZAMOS

Con Susana recuperada y funcionando al 100%, marcando el ritmo durante toda la jornada de hoy, hemos llegado a final de etapa tras ocho horas de travesía.
Comenzamos la mañana con frío (vaya novedad), exactamente no sabemos cuál en la salida, pero en el primer avituallamiento, PK 12, estábamos aún a -15º.
Una etapa bastante más llana y que nos ha permitido marcar el ritmo que confiábamos seríamos capaces de mantener, sigue siendo un ritmo lento para cualquier esquiador, pero nosotros estamos muy contentos.
La meteorología nos ha permitido disfrutar de un cielo despejado durante más de la mitad de la prueba. Aún con ello, hemos sufrido serios problemas con nuestro dedos, tanto al principio como al final; aguantamos con los guantes unas temperatutas de -10º más o menos, por debajo de ese rango la temperatura de confort de nuestras manos desaparece y comienza la hipotermia, por ahora no hay problema pues no estamos expuestos durante demasiado tiempo a esas temperaturas, pero se esperan -30º mañana a la hora de levantarnos y  -25º para la etapa reina, la de 86 km, así que hemos de resolver ese contratiempo si queremos llegar con las dos manos con sus cinco dedos cada una.

Paliando los efectos del frío
Para no perder mucho tiempo en las paradas, lo que conlleva aceleración de la hipotermia, hemos cambiado la estrategia de hidratación y nutrición durante la prueba. ayer parábamos cada media hora para tomar un gel e hidratarnos, hoy hemos optado por no hacer paradas salvo en los avituallamientos (situados cada 8-10 km), lo que nos ha beneficiado. En esa parada reponemos líquidos y comemos (es esta situación lo vemos má viable debido a las circunstancias).
Hemos disfrutado de buenas sensaciones, de un ritmo constante y de la amabilidad de los finlandeses en cada puesto de avituallamiento.

En uno de los avituallamientos
En aquellos en los que hay sólo líquido, encontramos agua caliente (para rellenar las cacharras isotermo que llevamos casi todos (nuevamente la manguera del camelback de Susana se ha congelado), y zumo de arándanos (o algo del estilo) caliente también, pudiendo encontrar en alguno de ellos pasas y chocolate. En los avituallemientos con comida, además de los líquidos mencionados, hemos disfrutado hoy de sopa de salmón, pan, café y bollos. Cada avituallamiento está acompañado de una hoguera junto a la mesa o dentro de una caseta.

Tras los primeros 30 km prácticamente llanos, se sucedieron los otros 30 con algo de desnivel, sobre todo los últimos 10 km y especialmente los últimos 5, con rampas de mucha pendiente que obligaban a subir utilizando la técnica de la cuña y bajar utilizando la de "encomendarse a la suerte"....
En plena bajada
Hoy llegamos, mañana es otro día.

domingo, 10 de marzo de 2013

DÍA 1: LECCIÓN 1

Hoy partimos desde algún lugar cercano de la frontera rusa. Tras casi una hora en guagua desde Oivanki, tomamos la salida de nuestra primera etapa. Temperatura: -17º.
Primer día y primera lección.
Hemos invertido unas nueve horas en cubrir poco más de 60 km. Sesenta duros kilómetros cargados de subidas y bajadas. En la reunión que mantuvimos ayer con la organización, uno de sus representantes dijo que si acabábamos la etapa de hoy, seríamos capaces de acabar  la Border to Border.
Casi no acabanos la etapa. Contemplábamos lo previsible, es decir mala técnica, medio casi desconocido, temperaturas muy bajas, elección de un esquí lento (de escamas, aquí casi todos utilizan los encerables, pero hay que tener los conocimientos suficientes para saber aplicar la cera y seleccionar la correcta). Pero como a perro flaco todo son pulgas, no contábamos con el estado en el que llega Susana  esta primera etapa (los últimos días febril y con la regla que la obligaron a parar a cambiarse hasta nueve veces, y en las condiciones en las que estaba, además del medio en el que se encontraba, ya podrán inaginar).

Nuestro avanace ha sido más lento del esperado; suponíamos que nuestro lugar en el grupo era atrás, pero no tanto como para ir justo delante de la moto de nieve que cerraba la prueba. Para nosotros no suponía mayor problema salvo el de que las etapas se cierran a las cinco de la tarde, por motivos de seguridad.  A tan solo siete kilómetros de la llegada, se cumplía la hora, y ya en el último avituallamiento. El esquiador "escoba" nos advirtió de ello, y nos ofreció la posibilidad de continuar si no nos parábamos más de 10´ allí. Tras hablarlo detenidamente (30"), decidimos salir de allí a toda velocidad, o sea a toda la que podíamos imprimir a nuestro esquís.......lento no, lo otro. Sirva de ejemplo que, cuando pasamos por en medio de nua estación de esquí de fondo, muy concurrida por cierto por familias enteras practicando la actividad, todos parecían ir más rápidos que nosotros, los que bajaban, los que subían y los que lo hacían tirando del trineo de sus hijos e hijas, los mayores y los menores......pena no haber nacido en los países nórdicos para haber "mamado" la téncica desde chinijitos (aunque a buen seguro que ellos dirán lo mismo de nuestras islas y nuestro tiempo. El que no se conforma es porque no quiere). Ah!, y no podemos dejar de rememorar el pedazo de puchero de lentejas "calientito" del que pudimos disfrutar dentro de una cabaña inundada del humo de la fogata en su interior.
Las condiciones para esquiar no eran del todo malas, salvo la temperatura, soplaba poco viento, pudimos disfrutar de un par de horas de sol y la nieve que cayó durante varios momento del día lo hizo con suavidad.

Al fondo, arriba, esquiadores subiendo
Comenzamos por un sendero estrecho, de poco más de un metro, avanzando entre árboles, un tramo de mucho tobogán, cruzando algún pequeño lago. En menos de una hora estábamos en la subida más dura que nos habíamos encontrado en toda nuestra vida como esquidores de fondo. No era larga, pero sí intensa. a partir de allí, y con Rusia a nuestras espaldas a menos de un kilómetro, seguimos adelante.
El camelback de Susana fuera de servicio por congelación de un tramo de manguera que no habíamos forrado con neopreno, los geles parecía "flash de 5", incluso un plátano que llevábamos encima se puso tan duro que parecía de escayola; sacar fotos era un suplicio, tener que quitarse el guante para poder hacerlo ponía en serio riesgo las manos (cada vez que sacábamos una tardábamos cerca de media hora en perder los efectos de la hipotermia). Cada operación manual que nos llevaría no más de medio minuto (tomar un gel, cerrar una cremallera, ajustarse la ropa, orinar, cambiarse, etc., se dilataba, por la necesidad imperiosa de tener que llevar los guantes, en una tarea de varios minutos.
Finalmente llegamos, vaya que si lo hicimos, pasadas las seis de la tarde, con el sol cayendo tan rápido como la temperatura. Con tres dedos de una manos doliendo de frío.
Mientras, el resto del grupo, experimentados esquiadores, algunos con peor material que el nuestro y con peor forma física, pero indudablemente con mejor técnica y más curtidos, estaban disfrutando del spa del hotel en que nos alojamos. A nosotros nos dio el tiempo justo para ducharnos, cenar y asistir al briefing.
Mañana se espera un dia similar al de hoy en cuanto a la meteorología. Por fortuna el desnivel es mucho menos y la primera mitad del recorrido es llano.
Ahora toca evaluar el día de hoy, chequearnos, buscarnos sobrecargas, estirar y dormir, con la esperanza de que mañana nuestra forma física, el descanso y nuestra ilusión logren compensar los efectos de la odisea de hoy. Mienta tanto estamos contentos, incluso orgullosos por haber podido acabar la etapa de hoy, pero con los pies en el suelo, pues sabemos que la Border to Border, al menos para nosotros, no es ningún paseo por la nieve.
Mañana, más.
Susana, avanzando sobre un lago helado y nevado




sábado, 9 de marzo de 2013

AVIÓN-TREN-GUAGUA-TREN-GUAGUA

Lanzrote, Helsinki, Oulu, Kuusamo.
Salimos el viernes a las ocho de la mañana desde Lanzarote, a 22º de temperatura, llegamos a Helsinki a 0º, una temperatura soportable (con la ropa que teníamos era suficiente, vamos), hasta ese momento no nos habíamos hecho una idea del frío al que nos íbamos a enfrentar, ni siquiera cuando cenamos a las faldas del Mont Everest (un restaurante de comida nepalí junto a la estación de trenes de la capital, mientras esperábamos la hora de partida de nuestro tren). Nuestra primera experiencia con el frío nos esperó unas horas más.
Estación de trenes, Helsinki

Tras una apacible noche en tren, en la que se mezclaban los idiomas, finés, ruso, español, como se mezclaba la gente en su interior, llegamos a Oulu.. Unos minutos antes de la parada, una voz femenina la anuncia en varios idiomas, afortunadamente logramos entender en inglés, nos desperazamos, son las seis y media de la mañana, bajamos las maletas y la bolsa de los esquís del portaequipajes, nos ponemos el plumas, los guantes y el gorro. El tren para y nos bajamos. Increíble, todo blanco, tranquilo. Hemos de localizar la estación de guaguas pues salimos en hora y media; tardamos cinco minutos en llegar (está junto a la de trenes). Cinco minutos bastaron para comenzar a sentir, pero no el paisaje, sino el momento en el que los dedos de las manos gritaban de dolor, las manos estaban más que hipotérmicas…….la temperatura a esa hora: -15º. Una diferencia de 37º respecto a la que dejamos en las islas. Un mal rato del que nos reíamos en cuanto logramos sacar la ropa necesaria de la maleta y localizar algo abierto para resguardarnos, el edificio central de la estación de trenes a la que volvimos (la estación de guaguas estaba aún cerrada y no estábamos dispuestos a sufrir el mismo dolor de los dedos de la mano en el resto de partes de nuestro cuerpo).
Ahora estamos ya en el Camp Internacional de Oivanki, el punto de concetración de los participantes; una instalación con albergue, zona de encerado de esquís (no la utilizaremos pues llevamos esquís de escamas), sauna, comedor, etc.
A lo largo de la mañana han ido llegando más esquiadores (nos hace gracia llamarnos así) a las instalaciones. Y casi todos parece que estamos haciendo lo mismo, o sea probar el material. Nosotros hemos optado por realizar un corto trayecto de 5 km (la instalación cuenta con múltiples itinerarios para hacer fondo por entre el bosque, con huella, señalizados e iluminados).

Las primeras sensaciones son buenas, aunque aún tenemos el cuerpo en letargo después de un viaje de más de 24 horas hasta destino, además Susana está en medio de un proceso gripal que la ha tenido varios días con fiebre y le ha obligado a tomar antibióticos, antiinflamatorios, antitérmicos y codeína.
Ahora descansamos, toca sauna y chapuzón en el lago (gracias a un hueco que han abierto en el hielo). Vaya un sufrir.
Esta noche es la reunión de bienvenida con el personal de la organización y después el descanso (esta vez en cama, lejos ya de las butacas de avión, tren o guagua). Mañana, primera etapa.

jueves, 7 de marzo de 2013

FINLANDIA, ¡ALLÁ VAMOS!

Llego el día de partir, y por cierto antes de lo esperado.
Ya está todo (casi) preparado para cerrar las maletas y poner la mente en blanco.
Quedarán atrás los patines, los kilómetros de asfalto, los geles, barritas y bebidas energéticas, la arena y el mar y la nocturnidad. Por delante: nieve, nieve y más nieve, kilómetros de nieve (más de 400), bosques, lagos, luz,  salchichas, sopa, sauna,...
Tiempos de cambio...
Mañana viernes sale nuestro vuelo (unas seis horas) rumbo a Helsinki, una vez en el aeropuerto, debemos llegar al centro, a la estación de trenes para coger el que nos llevará, tras ocho horas de travesía,  hacia el noroeste del país, hacia Oulu. Allí toca guagua, tres horas, hasta Kuusamo, lugar de salida.
Pues bien, tan pronto lleguemos, lo primero que haremos será buscar al osteópata de guardia para que nos arme después del paseíto (para eso no hemos entrenado...). Aunque sospecho que va a ser difícil, pues si ya la palabra es español es complicada, no me atrevería a pronunciarla en finlandés.
El domingo comenzamos. ¿Nos acompañan?