viernes, 3 de agosto de 2012

Y AL FINAL, EL MAR

Noche de calima y calor, antesala de lo que nos encontraríamos hoy.
Recogemos el saco de dormir, la funda de vivac, la esterilla y el resto de utensilios, todo dentro de su correspondiente lugar en la mochila, cerramos las cremalleras, confiando en que la próxima vez que se abran será para sacarlo todo de nuevo directo a la lavadora.
Desayunamos de la mano de Raúl. Rellenamos las cacharras, nos despedimos y nos ponemos en marcha hacia nuestra próxima parada: Artenara. Comenzamos con paso firme, aprovechando la benevolencia del clima, pero no duraría mucho ya que el calor iba subiendo como la temperatura de un horno.



Por el camino correcto

Una vez en la plaza del pueblo, buscamos sombra, mientras una aprovechaba para estirar, otro ponía sus piernas en alto, otro compraba bebida y hielo y otro se conectaba a internet para subir la crónica del día anterior. En el tiempo que allí paramos, la temperatura era capaz de sancocharnos incluso en la sombra, pero el día continuaba y algo nos pedía seguir.

Calor y calima, la tónica de la jornada

En conexión con ustedes

Llenamos depósitos a tope, nos empapamos de arriba a abajo, nos cargamos las mochilas y nos arrojamos a los antojos del sol.


A ver quién se atreve primero a dejarse achicharrar...

Bastó recorrer medio kilómetro para darnos cuenta del fuego que hacía, buscábamos sombra y cualquier manera de evitar que nuestra temperatura corporal subiera más de la cuenta, bebíamos cada poco tiempo, nos remojábamos las cabezas y camisetas, pero el agua estaba casi tan caliente como la temperatura exterior, por ello decidimos enfundar un par de cacharras en unos manguitos blancos y empaparlos, confiando en que la evaporación rápida de la tela mojada absorbiera el calor sobrante del agua en el interior de las botellas……y funcionó, agua fresca para beber y remojarnos, la medida nos hacía gastar más agua de lo calculado pero afortunadamente los grifos de agua del área recreativa de Tamadaba estaban operativos. Antes de llegar nos alcanzó Fernando, que subió corriendo desde Agaete para darnos ánimos, cuestión que consiguió fácilmente.


 Visita de Fernando

¡Agua!

Desde Tamadaba el descenso era casi testimonial, pero había que hacerlo. Nos esperaba una gran alegría, mayor aún que tocar el agua de la costa: Susana nos esperaba en la era del camino de San Pedro, la médico Elizabeth le había dado el alta durante un par de horas gracias a la rápida respuesta de su infección ante los antibióticos. Verla allí nos alegró a todos el alma. Juntos empezamos y juntos acabaríamos.

Juntos, felices

La rodilla de Yohana seguí sufriendo, y con ella su dueña, pero mostrando la misma fuerza de voluntad manifestada durante todo el viaje, y sabiendo que la lesión no revestiría mayor gravedad aguantando un par de horas más de actividad, continuó descendiendo, parando para estirar cuando ya el dolor no dejaba seguir avanzando.


Estirar y seguir, estirar y seguir,....

Tocamos la carretera, menos de un kilómetro nos separaba de la orilla del mar. Amigos y familiares nos esperaban en la acera entre gritos, fruta, y bebida fresca. Abrazos, felicitaciones, alegría, unos minutos de compañía y entonces: el mar.
Órzola-Agaete, Lanzarote-Fuerteventura-Gran Canaria.
3 islas, 5 sueños, 1 aventura.
Susana-Yohana-Chali-José-Sergio.
Muchas gracias por empujarnos, muchas gracias a todos.

Un equipo, cinco que hicieron de su sueño una realidad


1 comentario:

Anónimo dijo...

Chicos,me han emocionado mucho sus comentarios de la aventura hasta el punto de saltarseme las lagrimas de la emocion en esta ultima etapa al estar todos juntos de nuevo.
sigan asi....CAMPEONES!!!!!