Estamos en el barco camino de Gran Canaria. Y no ha sido fácil, se lo podemos asegurar.
Hoy la etpa ha sido una gesta. Todo empezaba cuando Susana se despertaba temprano en la mañana (bueno, no tan temprano), decidiendo que no podía continuar así, la piel de sus tobillos estaba tan tensa que hasta el roce de la flor de un berro le dolía.
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Pie en cuestión.
Mientras conseguíamos la manera de que la trasladaran al centro de salud más cercano, intentábamos tomar una decisión importante para el equipo, habíamos salido juntos y queríamos llegar de igual manera. Por ello acordamos esperar al diagnóstico y su posible tratamiento valorando varias posibilidades, pero la más viable era descansar un día entero y ver la evolución del tobillo, intentando continuar juntos al día siguiente. Cuál fue nuestra sorpresa cuando recibimos noticias de la chicas desde el centro de salud informándonos que el equipo continuaba junto y tan pronto como fuera posible.
Yohana preparada para continuar la ruta.
En ese momento, cerramos los ojos otra vez y continuamos soñando.
Debido al traslado al centro médico, el margen de tiempo con el que contábamos para llegar a coger el barco de las siete de la tarde hacia Gran Canaria, era muy estrecho. Pese a que Susana seguía en marcha (y que la reacción alérgica de Yohana remitió con una pomada), las limitaciones eran evidentes, el dolor, pese a haberse calmado levemente, continuaba y hacía muy dolorosa la carrera (cuestión que no impidió que corriéramos en varios tramos). Sabíamos que era posible, pero no podríamos parar desde La Pared hasta Morrojable (adiós a los descansos, al hielo, a los estiramientos, al café,......). Y así fue.
Chaly marca el ritmo en una subida.
Una labor de equipo increíble, marcando el ritmo, buscando camino, repartiendo el peso de las mochilas, animando, adelantándonos algunos para ir preparando algo de comida y no invertir demasiado tiempo en los avituallamientos,.....un orgullo de equipo.
Respecto a las características técnicas de la etapa no podemos hacer otra cosa que comentar que si no hemos pasado hoy por el paraíso, debía haber sido una sucursal en la tierra, y Teresa y Pedro tienen un juego de llaves (gracias a ellos que nos ofrecieron cobijo, agua y comida en Cofete). un lujo para los sentidos.
Avituallamiento fugaz.
Ahora descansamos, sentados en las butacas (que habrá que retepizar cuando nos levantemos debido al olor que impregnaremos), telefoneando a familiares, acostados por los pasillos del barco. Hemos conseguido movilizar a nuestra médico para que valore nuevamente a Susana tan pronto baje del barco.
Extenderemos nuestros sacos bajo la luna, una vez más, todos juntos, para continuar soñando. Mañana etapa montañera hacia el centro de la isla y pasado, si seguimos tejiendo nuestros pasos con certeras puntadas, llegaremos a...........
Entre La Pared y Cofete
Bajando la degollada que separa Cofete de Morrojable
Chali pisando la larga playa de Cofete
Susana entre dunas
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