Primer día. Salimos desde Órzola con las mochilas cargadas de ganas. Avanzamos pausadamente, disfrutando de cada rincón por el que pasamos. Realizamos una parada en Teguise, bocadillo, charla distendida, estiramientos y café.
El cansancio no se notaba aún, pues tras "untarnos un gel y tomar crema solar", salvo la piel pegajosa (imaginamos que por el calor) y dolor de barriga (los nervios del debut), las piernas nos hacían avanzar y los ánimos seguían como el primer día (imaginamos que se debía a que era el primer día).
Modificamos la ruta inicial prevista por la pista y nos adentramos en el interior, cruzando campos de malpaís y bordeando volcanes.
Atravesando cordadas de lava.
Acampamos dentro de uno de ellos, preparamos cena y a descansar tras los casi 50 km de la jornada,
todo un lujo bajo una linda noche estrellada.
Dentro del volcán.
Mañana, más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario