Lo logramos, sí, pero para ello no hizo falta alcanzar la costa de Agaete.
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El equipo, al completo, en la playa de Agaete
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Un viaje que llevaba meses siendo preparado, una intención que ha supuesto tiempo de entrenamientos, planificación, búsqueda de material, establecimiento de una ruta, intercambio de mails, llamadas telefónicas,….Mucha emoción contenida, unos con muchas dudas, otros con muchos nervios, otros con ambos. Para todos y cada uno de los integrantes del gran equipo humano que conformamos el “3 Islas – 5 Sueños – 1 Aventura”, ha supuesto una apuesta, un objetivo tan claro como para hacernos pensar que era posible, pero tan duro como para saber que había posibilidades de no conseguirlo.
Todo ello podría plasmarse en una frase que leí hace muy poco y que procede de un joven ultrafondista español, dice así: "Si no dudas es que hay algo que no has entendido".
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Parte del material cargado |
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Aprovechando los alimentos al alcance |
La idea inicial era atravesar Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria a pie, corriendo allá en donde fuera posible, y caminando en donde no lo fuera, y eso hicimos. Todo ello con el material necesario como para no depender de nadie para subsistir, por lo que portábamos mochila con saco de dormir, funda de vivac, ropa, esterilla, infiernillo, caldero, cubiertos, navaja, útiles de aseo personal, botiquín, tiritas para las bolsas, tape para vendajes funcionales, vaselina, etc. La comida y la bebida, por razones evidentes la teníamos que ir consiguiendo por el camino. Nuestra ruta estaba condicionada por el paso por comercios en los que poder abastecernos, de manera que combinando pistas y senderos de la geografía de cada isla (evitando al máximo carreteras asfaltadas) avanzábamos cada día. La calidad de los lugares por los que pasamos estaba a la altura de la calidad humana de las personas que nos fueron ayudando de manera desinteresada, unos dándonos ánimos, otros café, otros agua o alimentos.
Aprovecharemos para dar las gracias a quien se debe: Gracias Susana, Yohana, Chali, José por compartir sueño y esfuerzo. Gracias Fina, Desi, Vane, Mariló, Tania, Pili, Santiago, Luis, Carlos, Estrella, Elizabeth (Fuerteventura), Laura, Maru, Fernando, Ferke, Marcos, Sergio J., Sergio H, Natalia, Mª Carmen por formar parte del otro equipo. Gracias Alejandro, Raúl. Gracias Marisa (Caleta de Fuste), Gracias Federico (La Pared). Gracias Teresa y Pedro (Cofete). Gracias señora de la garrafa de 8 litros. Gracias Lolita la costurera. Gracias farmacéutica de Tuineje. Gracias Elizabeth (Gran Canaria). Y a todos los demás que, aunque no hayan sido nombrados, han contribuido a proporcionar la energía que movió nuestras piernas. Gracias a Naviera Armas y a Vivac Aventura (campamento El Garañón).
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Decisiones |
Durante los días que permanecimos en movimiento pudimos vivir muchos buenos momentos, y algunos malos. La sobrecarga en una de las rodillas de Yohana (síndrome de la rodilla de corredor) y la erisipela (infección de tejidos blandos, que debió haber comenzado por la unión de unos poros irritados tras una depilación y la suciedad acumulada en los pies durante la carrera) de Susana fueron los peores ratos vividos, sobre todo por las afectadas, que tuvieron que convivir con el dolor intenso mientras avanzaban. En el primer caso los estiramientos, la fuerza de voluntad y la convivencia con el dolor bastaron para sobrellevarlo, en el segundo caso ni la intensa fuerza de voluntad ni la resistencia al dolor pudieron frenar una infección que no hacía más que agravarse con cada impacto. Un ejemplo de obstinación y de corrección en la toma de decisiones por parte de ambas deportistas. Pese a ello, el viaje transcurrió entre la cohesión del equipo y el disfrute por la actividad y por los paisajes.
Nos pasamos la vida creciendo, cuando lo acabamos de hacer por fuera, seguimos haciéndolo por dentro, y este último crecimiento, el de adentro, dura tanto como nosotros queramos, no viene marcado por la edad ni por el sexo.
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Lesiones |
Desde pequeños, aunque de manera inconsciente, nos convertimos en un “Indiana Jones” de cruzada en cruzada, de reto en reto. Nos han hecho creer que los auténticos retos, las verdaderas aventuras suponen grandes logros, lo cual es cierto, y que esos se consiguen con desafíos fuera de lo común, lo cual es rotundamente falso. Ha de ser respetable y digno de admiración el hecho de alcanzar la cima del monte Everest por una ruta nueva, sin oxígeno, pero ¿acaso nos es igualmente digno el desafío de un niño tímido que se enfrenta a aprender a montar en bicicleta, o el de una niña rubia cuyo reto es lograr encestar triples sin fallar desde todos los puntos del área? Habrá quien diga que no hay comparación, pero esos niños que no tienen referentes en cuanto a la falsa calidad de los logros, se enfrentan a la mayor montaña jamás escalada.
La naturaleza de las aspiraciones vendrá dada por la necesidad de cada persona, así unos ansiarán tener el móvil de última generación, otros se esforzarán por viajar al destino vacacional de moda, otros por aprender un idioma, y así muchos “otros por…”. Y lo mejor de todo ello es que el beneficio de lograrlo es de la misma calidad, cada uno será más feliz por ello (sin entrar en la naturaleza de los valores).
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Momentos |
Le podemos llamar como queramos: sueño, reto, objetivo, desafío,….Pero todos anhelamos conseguir aquello que nos planteamos, sin pensar siquiera en la gesta de su consecución, engañados al creer que no es importante, al menos no lo suficientemente. Algunos somos de los que piensan que no importa el destino, es solo la condición primera para trazar el camino, y este sí es el que importa, por una razón de peso, se aprende más del camino que del destino, hay más evolución personal en ello. Alcanzar un objetivo es una cuestión efímera, de segundos, como cruzar una línea de meta, sin embargo el camino puede durar mucho tiempo (incluso toda una vida).
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Lanzarote |
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Fuerteventura |
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Gran Canaria |
Así pues, no paremos de marcarnos objetivos y disfrutemos del camino, pues este es el único seguro, el destino lo intentaremos alcanzar de la mejor manera que sepamos, pero si no lo alcanzamos, el tiempo no habrá sido perdido.
Afrontar el “3 islas” ha supuesto un camino paralelo, por el que no se corre, ni se camina, un camino por el que se crece, en el que se evoluciona, nuestra manera, una manera como muchas otras, de aprender, cada uno lo que ha necesitado o lo que ha querido.
Ahora, estoy cansado, me siento bien, tengo sueño(s).