martes, 4 de mayo de 2010
Cronica Sergio Espinosa en el UTMA
NATURALEZA EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN
Sergio Espinosa se retira en el km 92 del la primera edición del UTMDA.
Tras haber pasado por el avituallamiento de Guadalest, y tras una durísima ascensión al Puig Aixorta, se desató una gran tormenta eléctrica en la que se vieron inmersos varios corredores.
“Veía la tormenta formarse a medida que me acercaba al Puig Aixorta, las nubes eran cada vez más plomizas y los truenos sonaban cada vez más cerca” dice Sergio y continúa “…..justo antes de la degollada que daba paso a un pequeño descenso me di cuenta de que ya la tenía encima, el mismo pico me tapaba la realidad con la que luego me encontraría. A pocos metros de la degollada valoré la situación, tenía que alejarme de allí cuanto antes, estaba junto a un pico mientras oía los truenos sonar a mi alrededor; sobre la marcha me quité la mochila para sacar la poca ropa de abrigo que llevaba (unos manguitos y unos guantes) y el chubasquero, me equipé lo más rápidamente que pude y terminé de subir los escasos metros que me separaban de la bajada. Mi plan era bajar corriendo a saco para perder altura y buscar algún sitio seguro, fue entonces cuando me di cuenta de mi error, me había metido de lleno en medio de la tormenta y las fuerzas escaseaban”
Debido a la dureza de la prueba y a los kilómetros acumulados, las transiciones de subida a bajada se volvían cada vez más lamentables según nos comenta Espinosa (en ese momento era incapaz de echarse a correr debido a los dolores articulares).
“Continué avanzando metiéndome cada vez más en el centro de la tormenta mientras veía los rayos caer cerca de mí por todos lados, el ruido era ensordecedor y, además comenzó a caer granizo del tamaño de boliches. Con la mirada baja para proteger la cara de los proyectiles que me golpeaban, avanzaba sabiendo que la situación era delicada. De pronto un resplandor y un ruido ensordecedor demasiado cerca de mí me hicieron reaccionar tirándome al suelo, acababa de caer un rayo a muy poca distancia de mí, no podría precisar cuánta, pero me sentí la onda expansiva y se me quedó el cuerpo electrizado, con cosquilleo en las manos y en los dedos. Inmediatamente apliqué los pocos conocimientos que tenía al respecto y arrojé los bastones lejos de mí, también el reloj, me quité la mochila para arrojarla al suelo y me puse de cuclillas encima de ella (para aislarme del suelo), así, acurrucado sobre la mochila para intentar reducir la posibilidad de que me alcanzara un rayo dejé el tiempo pasar mientras soportaba los antojos de la tormenta sobre mi cabeza sabiendo que no podía hacer mucho más (no me atreví a encender el móvil en esas condiciones para solicitar ayuda)”
Finalmente fueron sólo quince minutos los que Sergio Espinosa estuvo expuesto a la tormenta. Llevaba ya unos minutos tiritando de frío, sufriendo los efectos de una rápida hipotermia cuando, afortunadamente pasó un vehículo de la organización que estaba recogiendo a los corredores que estaban en la zona y pudo trasladarlos hasta el avituallamiento más próximo a menos de 1 km.
“Valoré la situación una vez a salvo, la tormenta seguía castigando la zona, y no quedaba pico alrededor sobre el que no cayeran rayos, mientras algunos dudaban si seguían o no yo lo tenía bien claro, en esas condiciones no salía del coche (un lugar muy seguro en estos casos). Completamente empapado dentro del coche, no lograba entrar en calor y no tenía más ropa que la que llevaba, hasta el punto de tener que sacar la manta de supervivencia (material obligatorio para la prueba) para envolverme en ella. Después del susto, de la hipotermia y del cansancio y los dolores acumulados tomé la decisión de abandonar. Dos horas más tarde la tormenta había pasado y las condiciones eran buenas para continuar, pero aún habiéndolo hecho dudo de haber podido llegar en las condiciones en las que me encontraba y teniendo que afrontar todavía 70 km rompepiernas más, sabiendo que había tenido que invertir 16 horas en cubrir casi 100 (el recorrido fue modificado antes de la salida por problemas organizativos, aumentando en unos 7 km el primer tercio de la prueba)”.
De los 88 inscritos en la prueba larga, tan sólo 20 fueron los llegados, de los que 5 lo hicieron sobrepasando el horario límite (40 h) establecido por la organización.
Sergio Espinosa califica la prueba de muy dura, durísima, de trazado, en muchos tramos, muy técnico y de paisajes increíblemente bonitos (al menos el tramo que logró cubrir). Afirma que hará lo posible por estar en la línea de salida en la 2ª edición del Ultra Trail Muntanyes dÁlacant.
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5 comentarios:
Sergio, estuvimos juntos en el coche cuando nos quedamos solo los 4 corredores, yo fui uno de los que decidieron continuar caundo paso un poco lo mas fuerte, consegui llegar en 32horas y media.
El año que viene pienso volver a esta ultra.
Suerte y animo con los siguientes objetivos.
SALUDOS PACO SAEZ dorsal 27.
Realmente espezlunante.
La violencia de las fuerzas de la naturaleza desatada no tiene medida y nos hace ver lo insignificantes que somos.
Sergiolo, estate tranquilo porque tomaste la decisión correcta. A nadie le cayó un rayo al lado. Esta espina se saca la próxima edición. Un abrazo hermano!
Una buena crónica para un mal rato.
Un saludo a tod@s.
Vamos don Fernando ya queda poco estas llendo muy muy bien soy Musa estoy con Yaiza te mandamos mucho animo y suerte alongie Fer un abrazo
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